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LA MUERTE COMO IMPULSO PARA UNA VIDA AUTÉNTICA Y SIGNIFICATIVA

  • Jorge Vargas
  • 14 nov 2024
  • 3 Min. de lectura


“Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura.” Esta frase de Albus Dumbledore en Harry Potter y la piedra filosofal evoca una profunda reflexión: si bien la muerte es la única certeza para todos, son pocos quienes se detienen a pensar en ella. Reflexionar sobre nuestra mortalidad puede ser un poderoso motivador para tomar decisiones más significativas, valorar lo que nos rodea, y disfrutar de los momentos cotidianos con gratitud.


¿Qué harías si supieras que tienes diez meses de vida?

Dentro del proceso de encontrar el propósito en la vida, una de las preguntas fundamentales es: “Si alguien pudiera asegurarle que le quedan diez meses de vida… ¿a qué le gustaría dedicarse?” Te invito a responderla honestamente. Anótalo. Si crees que es momento de replantearte tus rutinas, prioridades, creencias y valores, empieza con pequeños pasos. Esta reflexión puede ayudarte a identificar cambios necesarios para una vida más auténtica y plena.


Los arrepentimientos más comunes al final de la vida

La psiquiatra y escritora Elisabeth Kübler-Ross, conocida por su trabajo con personas en fase terminal, observó que, al final de sus vidas, muchas personas se arrepienten de no haber vivido de manera auténtica. Entre sus arrepentimientos comunes se encuentran:


  • Haber trabajado demasiado, descuidando lo realmente importante

  • Haber dedicado tiempo y energía a problemas insignificantes

  • No haber disfrutado más de la vida

  • No haber dedicado más tiempo a la familia

  • No haber seguido sus verdaderos deseos

  • No haber cultivado una espiritualidad que les diera paz y propósito


Reflexionar sobre estos puntos nos permite evaluar nuestras decisiones. Si eres de quienes trabaja en exceso, pregúntate: ¿qué actividades significativas estoy dejando de lado? ¿Podría encontrar una mayor satisfacción dedicando tiempo a la familia o a los amigos?


El valor de la espiritualidad y la conexión con la vida

La desconexión con una vida plena a menudo está relacionada con la falta de una espiritualidad genuina. Esto no significa necesariamente una afiliación religiosa, sino una conexión profunda con la vida en todas sus formas. Al explorar nuestro propósito en este vasto universo, podemos descubrir un sentido de paz y propósito que cambia nuestra forma de enfrentar tanto la vida como la muerte.


Algunos de los grandes maestros espirituales, como Buda o Sócrates, y figuras modernas como Viktor Frankl, psicólogo y superviviente del Holocausto, enfrentaron la muerte con serenidad y sabiduría. Viktor Frankl, por ejemplo, halló en los momentos más oscuros el propósito de encontrar sentido a cada instante, incluso en la adversidad. Esta visión inspiradora de la vida y la muerte les permitió alcanzar paz interior y motivó a muchos otros a vivir de manera auténtica.


La muerte como impulso para una vida con propósito

Aceptar la muerte en lugar de temerla o ignorarla nos conduce a reconocer la naturaleza pasajera de la vida, llevándonos a una paz interior. Ver la muerte como parte de la vida puede dar dirección y profundidad a nuestras decisiones cotidianas, impulsándonos a vivir con satisfacción y sentido.


Prácticas como vivir en el “aquí y ahora”(puedes leer mi siguiente blog https://www.jvargasmorla.com/post/el-presente-el-único-lugar-donde-la-vida-realmente-ocurre), la gratitud (https://www.jvargasmorla.com/post/el-poder-transformador-del-agradecimiento-cómo-cambiar-tu-vida-al-enfocarte-en-lo-positivo)  y la meditación (https://www.jvargasmorla.com/post/los-beneficios-de-la-meditación-y-cómo-empezar)  son poderosas herramientas que ayudan en este viaje. La gratitud nos recuerda el valor de cada momento y la meditación nos conecta con la realidad presente, abriéndonos a una vida más plena.


Integrando estos aprendizajes en la vida diaria

Para empezar a vivir con más propósito, puedes practicar algunos pequeños hábitos que te conecten con lo que realmente valoras:

  • Reflexiones diarias: Dedica cinco minutos al final del día para evaluar si viviste de acuerdo con tus valores y si disfrutaste de lo que hiciste.

  • Lista de gratitud: Anota cada día algo que te hizo sentir agradecido. Esto te ayuda a enfocarte en lo positivo y a valorar cada instante.

  • Tiempos de conexión: Reserva tiempo semanal para estar con las personas que aprecias o para realizar actividades que te traen paz y felicidad.

 

Conclusión

Si algo queda claro, es que vivir una vida plena y auténtica depende de nosotros. Reflexiona sobre lo que realmente importa y actúa en consecuencia. Te invito a dejar tus pensamientos en los comentarios, a compartir tus experiencias y aprendizajes sobre la vida y la muerte, y a compartir este blog con quienes creas que podrían beneficiarse de estas reflexiones.

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