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EL PRESENTE: EL ÚNICO LUGAR DONDE LA VIDA REALMENTE OCURRE

  • Jorge Vargas
  • 26 sept 2024
  • 4 Min. de lectura


Juan, un joven trabajador, empieza su lunes recordando el fin de semana: “Qué hermoso el clima en la playa, disfruté mucho estos días. Ojalá pudiera estar allá ahora, ya quiero que sea viernes.” El viernes llega, y decide volver a la playa. Sin embargo, al llegar, se desconecta rápidamente con su celular, conversando con sus amigos y se va a dormir temprano. Al día siguiente, mientras camina, piensa en su familia y comienza a escribirles. Aunque está en la playa, su mente se distrae: recuerda un pendiente del trabajo y empieza a sentir ansiedad. Para calmarse, decide ver un partido de fútbol en la televisión y, al ver la imagen, desea estar en el estadio, reviviendo momentos pasados. Se promete que la próxima vez no se lo perderá. Al final del domingo, se encuentra de nuevo en casa, lamentándose de lo rápido que pasó el tiempo y diciendo que pronto regresará a la playa.


Esta historia refleja cómo muchas veces vivimos atrapados en el pasado, recordando, o en el futuro, anhelando, perdiendo así la oportunidad de conectar con el presente, con lo que realmente está sucediendo. Al vivir de esta manera, no disfrutamos plenamente lo que nos ofrece cada instante, ni logramos conectar con nuestro entorno o con nosotros mismos.


La magia de vivir en el presente

Cuando logramos conectarnos con el aquí y el ahora, reducimos significativamente la ansiedad y el estrés. La ansiedad está vinculada con un futuro incierto que aún no llega, mientras que la preocupación está atada a un pasado que ya no existe y cuyo único lugar de solución es el presente.


Una herramienta eficaz para conectarnos profundamente con el presente es el mindfulness. El mindfulness consiste en focalizar nuestra atención en el momento presente, sin juzgar ni intentar cambiar lo que sucede. Algunos ejercicios que ayudan a practicarlo incluyen respiraciones profundas, observar los pensamientos sin reaccionar a ellos, identificar las emociones, o realizar actividades cotidianas, como lavarse los dientes o ducharse, con plena conciencia. Escuchar atentamente o comer con total presencia son prácticas que también nos ayudan a vivir en el ahora, lo que facilita alcanzar un estado de atención plena.


En la era actual, donde la información está disponible al alcance de un teléfono, nos enfrentamos a la presión de hacer todo rápidamente, lo que nos lleva a perder de vista los detalles y las pequeñas maravillas que nos ofrece cada día: los sonidos, los paisajes, las sensaciones. Vivir más despacio nos invita a estar más presentes y, por ende, a ser más agradecidos. Como mencioné en otro blog (https://www.jvargasmorla.com/post/el-poder-transformador-del-agradecimiento-c%C3%B3mo-cambiar-tu-vida-al-enfocarte-en-lo-positivo) , la gratitud es una consecuencia natural de estar en el presente.


Soltar el control y despertar la creatividad

Al enfocarnos en el presente, aceptamos que no podemos controlar todo lo que sucede en nuestras vidas. No tiene sentido anclarse en el pasado ni obsesionarse con un futuro que no podemos predecir. Lo que sí podemos hacer es centrarnos en cada actividad, con la certeza de que el resultado será siempre el mejor posible.


Cuando estamos presentes, surge una especie de magia interna: nos conectamos con nuestra creatividad natural. Aparecen ideas frescas y potenciadoras, y hallamos soluciones a problemas que antes parecían insuperables.


Relaciones más profundas y hábitos conscientes

Vivir el presente también transforma nuestras relaciones. Al estar plenamente atentos, escuchamos y somos escuchados. Observamos detalles que pueden marcar la diferencia en nuestras interacciones y logramos conexiones más auténticas y profundas.


Además, al ser más conscientes, se vuelven más visibles aquellos hábitos que no contribuyen a nuestro crecimiento personal. Gracias a la claridad mental que trae el mindfulness, se nos ocurren nuevas formas de reemplazarlos por hábitos más beneficiosos.


Disfrutar cada momento al máximo

Al vivir en el presente, aprovechamos al máximo cada instante. El tiempo, ese bien que todos poseemos en igual medida, se convierte en un recurso más productivo cuando estamos enfocados. Vivimos cada momento intensamente y con propósito.


Conclusión

El presente es un regalo que muchos pasan por alto mientras corren detrás de recuerdos o sueños futuros. Sin embargo, es en el ahora donde realmente podemos vivir, crear, y experimentar todo lo que la vida tiene para ofrecernos. Al aprender a detenernos y estar presentes, no solo reducimos el estrés y la ansiedad, sino que también desbloqueamos nuestra verdadera creatividad, profundizamos nuestras relaciones y comenzamos a vivir con propósito. El tiempo no espera, pero tú sí puedes decidir cómo vivirlo: en lugar de dejar que el presente se escape entre tus dedos, atrévete a abrazarlo, a saborearlo y a vivirlo plenamente. Porque es aquí, en este instante, donde reside todo lo que necesitas para ser feliz. Como dice el refrán: “El pasado es historia, el futuro es incierto. Sólo existe el ahora y este es un regalo; por eso se llama presente.” ¿Estás listo para aceptar el regalo más valioso que tienes? ¡Vive el presente!


Me encantaría saber tu opinión: ¿cómo vives el presente? ¿Te resulta difícil desconectarte del pasado o el futuro? Deja tus comentarios y comparte tu experiencia.


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