top of page

DE LA INTENCIÓN A LA ACCIÓN: CÓMO SUPERAR LA INERCIA

  • Jorge Vargas
  • 20 nov
  • 4 Min. de lectura
De la procrastinación a la acción

Mateo llevaba más de un año con la misma frase rondando su cabeza: “Algún día lo haré…”


Algún día empezaría a ahorrar.

Algún día abriría ese emprendimiento.

Algún día retomaría la lectura.

Algún día iría al gimnasio.

Algún día se organizaría mejor.


Y mientras más repetía “algún día”, más lejano parecía ese día.


Una tarde, sentado frente a su computadora, Mateo abrió un archivo titulado “Plan 2023”. El documento tenía 14 páginas, colores, cuadrículas, metas y sub-metas. Todo impecable. Todo perfecto.


Y aun así… nada había cambiado.

 

Fue ahí, en ese pequeño momento de honestidad, donde entendió algo importante:

Él no tenía un problema de intención. Tenía un problema de acción.

 

La inercia: ese estado peligroso donde todo está “bien”… pero nada avanza


La inercia es engañosa.

No duele, no grita y tampoco se siente como un fracaso.

Es un espacio tibio donde te convences de que estás “pensándolo”, “organizándote”, “preparándote”.

Pero la realidad es una sola:

 

La inercia es el lugar donde mueren los sueños.


Ahí se quedan estacionados:

  • las dietas que nunca empiezan,

  • los libros que nunca se escriben,

  • los emprendimientos que nunca se lanzan,

  • los ahorros que nunca se hacen,

  • las decisiones que nunca llegan.

La inercia es cómoda, pero no transforma.

 

**La intención te inspira.

La acción te libera.**


Las intenciones son necesarias. Nos iluminan, nos muestran hacia dónde ir.

Pero la acción es la única que genera movimiento real.

 

Es como querer aprender a nadar viendo videos en YouTube: puedes entender la técnica, el estilo, el ritmo… pero hasta que no entras al agua, no sucede nada.


Esto aplica para todo:

  • querer ordenar tus finanzas

  • querer mejorar tu salud

  • querer ser disciplinado

  • querer ganar más

  • querer tener una vida más consciente


La intención te da dirección.

La acción te da resultados.

 

¿Por qué nos cuesta tanto empezar?

Porque actuar implica riesgo.

Implica incertidumbre.

Implica aceptar que quizás no saldrá perfecto.

 

Y el cerebro siempre preferirá “pensarlo un poquito más”, porque pensar no duele… pero actuar sí incomoda.

Y sin incomodidad, no hay crecimiento. Eso ya lo sabes.

 

Lo que a veces olvidamos es que:

La acción imperfecta vale más que la intención perfecta.

 

Tres señales de que estás atrapado en la inercia


  1. Dices “cuando tenga tiempo”, pero nunca lo tienes.

  2. Haces listas, planes y documentos… pero no avanzas ni 1%.

  3. Sientes culpa tranquila: sabes que puedes más, pero no actúas.


Si te viste en alguna, estás normal. Todos hemos estado ahí.


Lo importante no es culparse, sino moverse.

 

Cómo superar la inercia y empezar a actuar


1. Empieza por algo ridículamente pequeño

No empieces por el gran objetivo.


Empieza por una acción mínima:

 

  • leer 5 minutos

  • ahorrar 1 dólar

  • caminar 10 minutos

  • escribir media página

  • ver tus gastos de ayer


Lo pequeño no intimida.

Lo pequeño se sostiene.

Y lo sostenido se transforma.

 

2. Comprométete con el proceso, no con el resultado


No digas “voy a bajar 10 kilos”.

Di “voy a mover mi cuerpo todos los días 20 minutos”.

 

No digas “este año me ordeno”.

Di “voy a anotar mis gastos hoy”.

 

Los grandes resultados siempre vienen de pequeñas decisiones repetidas.

 

3. Reduce la fricción


No intentes hacerlo difícil.

Hazlo fácil.

 

  • Deja el libro en tu mesa de noche.

  • Deja las zapatillas listas.

  • Prepara tu espacio de trabajo desde el día anterior.

  • Ten una plantilla simple para tus finanzas.


Cuando el camino es fácil, el cerebro no se resiste tanto.

 

4. Crea un compromiso externo


Cuenta tu objetivo a alguien.

Pide que te pregunte cada semana.

Comenta tu avance en redes si te funciona.

 

No es presión: es acompañamiento.

 

5. Recuerda tu “para qué”


Cuando la motivación baja —y siempre baja—, la única energía que queda es el propósito.

¿Por qué quieres hacerlo?

¿Qué cambia en tu vida si lo logras?

¿A quién ayudas además de ti?

 

Las respuestas te moverán cuando la fuerza ya no alcance.

 

Ejercicio de integración de la acción (simple y poderoso)


HOY, no mañana:

  1. Elige un solo objetivo.

  2. Escribe la acción mínima que harás en 5 minutos.

  3. Hazla.

  4. Registra cómo te sentiste.


Mañana, hazlo otra vez.

Y pasado mañana.

Y la siguiente semana.

 

El movimiento crea claridad.

La claridad crea confianza.

La confianza crea resultados.

 

Ahora


Deja de esperar el momento perfecto.

No existe.

El momento es ahora.

 

Avanza un poco, aunque sea pequeño.

Empieza imperfecto.

Actúa sin garantías.

Permítete fallar.

Permítete aprender.

Permítete crecer.

Porque sólo cuando pasas de la intención a la acción, la vida comienza realmente a cambiar.


Un mensaje final para ti


Si este tema resonó contigo, si sabes que estás listo para avanzar pero te cuesta arrancar… quiero decirte algo importante:


No tienes que hacerlo solo.


He creado un Programa de 6 Semanas de Coaching Financiero Consciente diseñado para personas como tú: comprometidas, capaces, pero atrapadas entre la intención y la acción.


En este proceso lograrás:

  • claridad total sobre tu situación financiera,

  • orden y estructura práctica sin complicaciones,

  • nuevas creencias y hábitos que realmente sostienen tus metas,

  • un plan financiero consciente hecho a tu medida,

  • y la tranquilidad de saber exactamente qué hacer, paso a paso.


Si deseas saber si este programa es para ti, te dejo un cuestionario breve que te permitirá descubrir tu punto de partida y recibir una guía inicial personalizada.


Contesta el siguiente cuestionario para agendar tu primera sesión gratuita:


Tu futuro no cambia con intención.

Cambia con acción.


Y estas 6 semanas pueden ser el inicio del movimiento que estabas esperando.

 

Comentarios


bottom of page